Gremial » 8 may 2020

HIPERCONECTADOS: LOS PROBLEMAS DEL TRABAJO DOCENTE EN CUARENTENA

Por Mirta Petrocini - Esta semana, alcanzaremos los 50 días de aislamiento preventivo social y obligatorio, a causa de la pandemia COVID19. Pero, más allá de los protocolos y las precauciones del caso, los docentes no nos detuvimos: seguimos poniendo el cuerpo, con compromiso solidario y responsable.


Desde la FEB, venimos realizando en todo el territorio provincial diferentes relevamientos que surgen de reuniones virtuales con nuestros representantes de las Entidades de Base, recogiendo la realidad de los docentes durante este período.

 

En primer lugar, a nivel humano, social y colectivo, nuestro sector sigue reflejando un gran compromiso con la tarea diaria de concurrir a las escuelas a colaborar con el reparto de bolsones de alimentos, independientemente de los cargos o funciones que desempeñen.

 

Pero también, los docentes continúan adelante con otra tarea significativa: la continuidad pedagógica. Y es en este contexto que se registran extensas jornadas laborales que están sobrellevando, hiperconectados a toda hora, compartiendo recursos tecnológicos con sus familias, quienes también deben transitar las dificultades de esta pandemia.

 

Durante estas charlas virtuales, nuestros docentes manifiestan un proceso de agotamiento por hiperconectividad, donde señalan que están todo el día pendientes de sus celulares, de las consultas de sus alumnos, del contacto con colegas para solucionar cuestiones técnicas. Y sumado a eso, las horas específicas de contenido pedagógico.

 

La mayoría de los docentes manifiesta estar trabajando más horas de lo habitual durante este período de aislamiento. Es evidente que la permanencia constante en sus hogares, ha modificado la distribución de los horarios y se diluyen los límites entre el trabajo pedagógico y el doméstico.

 

Hoy, nuestros docentes tienen que adaptar los contenidos habituales a esta nueva realidad, pero también a las realidades de cada una de las familias de sus alumnos. En principio, no es igual la conectividad que tiene cada hogar en una provincia tan grande como la de Buenos Aires. Pero tampoco es el mismo el acceso en los hogares de los docentes.

 

Y no podemos desconocer tampoco que, la gran mayoría de los docentes y por su propia cuenta, debieron autocapacitarse de un día para otro en el uso de nuevas herramientas que le permitieran continuar con ese proceso pedagógico.

 

Incluso, muchos maestros optaron por llevar material de estudio puerta a puerta en aquellos hogares donde el acceso a internet es precario o inexistente. Así podemos ver a diario docentes entregando cuadernillos a familias de islas o llegando hasta las tranqueras de diferentes campos en la zona rural, para que ningún niño, adolescente o adulto pierda clases.

 

Existe también en el proceso pedagógico un vínculo presencial directo entre el docente y el alumno, que ayuda a evaluar la evolución de los contenidos e ir adaptando los mismos de acuerdo con esa evolución.

 

Hoy, ese vínculo se ha modificado por las circunstancias que estamos atravesando y los contextos familiares tanto de alumnos como docentes. Por eso, los educadores manifiestan una dificultad para el proceso de evaluación de las actividades. No se trata de una evaluación numérica, sino del proceso de aprendizaje.

 

Hemos dialogado con autoridades provinciales sobre estos temas y puesto en alerta acerca de esta situación compleja. Como gremio, seguiremos defendiendo los derechos y la salud de todos nuestros docentes.

 

Queremos que el resultado final de este proceso sea poder decir una vez más que estamos orgullosos de ser docentes y de sostener la Educación Pública, con educadores sanos y en condiciones laborales adecuadas.